Por primera vez a nivel mundial, un equipo de investigadores logró aliviar los síntomas de una enfermedad genética mortal en un bebé utilizando una versión personalizada del editor genético CRISPR. El caso, documentado en The New England Journal of Medicine, representa un hito en la medicina personalizada aplicada a enfermedades raras.
El niño, apodado KJ, fue diagnosticado poco después de nacer con una deficiencia grave de carbamoil fosfato sintetasa 1 (CPS1), una enfermedad del ciclo de la urea extremadamente rara que puede provocar una acumulación tóxica de amoníaco en la sangre. Esta condición se presenta en apenas uno de cada millón de nacimientos.
Desde su diagnóstico, KJ fue tratado con una dieta baja en proteínas y medicamentos que ayudan a eliminar el exceso de nitrógeno. Sin embargo, los médicos consideraban que eventualmente necesitaría un trasplante de hígado.
Una solución a medida: edición de bases
El tratamiento se basa en un editor de bases, una versión más precisa del sistema CRISPR. A diferencia del CRISPR convencional, que corta ambas cadenas del ADN, el editor de bases corta solo una y reemplaza una única letra defectuosa en el código genético. Esta estrategia fue adaptada específicamente a la mutación del bebé.
El equipo médico de Penn Medicine y el Hospital Infantil de Filadelfia en Estados Unidos, desarrolló un editor personalizado en solo seis meses. Luego de pruebas en modelos animales, obtuvieron autorización para aplicarlo en humanos.
Cómo se administró el tratamiento
A los siete meses de edad, KJ recibió tres dosis de nanopartículas lipídicas que contenían ARN mensajero con las instrucciones para editar su gen defectuoso. Aunque no se pudo realizar una biopsia hepática por razones éticas, los médicos observaron mejoras significativas:
KJ puede tolerar más proteínas en su dieta.
Requiere menos medicación para controlar los niveles de amoníaco.
Superó dos infecciones virales sin crisis de amoníaco, algo que antes habría sido muy peligroso.
No es una cura, pero sí un gran avance
Aunque el tratamiento aún es experimental y no ha curado completamente a KJ, ha demostrado ser seguro y potencialmente eficaz. Los niveles de ciertas enzimas hepáticas aumentaron brevemente tras la terapia, lo que indica una respuesta inmunitaria, pero luego se normalizaron. También se detectó un cambio genético no deseado, aunque sin consecuencias clínicas.
Los médicos esperan que el niño no necesite un trasplante y que en el futuro pueda recibir nuevas dosis del editor genético.
¿Qué sigue para la edición genética en enfermedades raras?
Este enfoque complementa otras terapias personalizadas como el uso de ARN a medida para trastornos neurológicos, y la inserción de genes completos mediante virus, como en el caso de otro bebé tratado con éxito para una deficiencia de ornitina transcarbamilasa (OTC).
Cada una de estas estrategias tiene ventajas y limitaciones. Por ejemplo, la terapia con virus solo puede administrarse una vez y es más costosa. Aun así, los expertos coinciden en que todos estos métodos experimentales merecen ser explorados.
“Es un esfuerzo heroico y una excelente prueba de principio”, afirmó el neurólogo Timothy Yu, pionero en tratamientos personalizados para enfermedades genéticas raras.
Con información de New York Time
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