Joaquín Antonio Balaguer Ricardo, en un aniversario más de su fallecimiento

Joaquín Antonio Balaguer Ricardo, en un aniversario más de su fallecimiento

Joaquín Antonio Balaguer Ricardofue un abogado, político y escritor dominicano Joaquín Balaguer nació el 1 de septiembre de 1906, en Villa Bisonó, mejor conocido como Navarrete, un municipio de la provincia Santiago.  

Hijo de Joaquín Balaguer Lespier, puertorriqueño de padre catalán y madre de origen francés y Carmen Celia Ricardo Heureaux (hija del dominicano de ascendencia española Manuel de Jesús Ricardo y de Rosa Amelia Heureaux, quien era prima del presidente Ulises Heureaux,

Se recibió de Bachiller en ciencias sociales en 1922, en Santiago de los Caballeros. Posteriormente realizó estudios superiores en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

En París continuó su perfeccionamiento en la Facultad de Derecho (1934).

Balaguer comenzó su carrera política en 1930 (antes de que Trujillo tomara el control del gobierno), cuando fue nombrado Fiscal. Más tarde se inscribe en el Partido Dominicano y así pasó a formar parte del círculo de los colaboradores cercanos del dictador Rafael Trujillo.

Durante la Era de Trujillo se desempeñó como Secretario de la Legación Dominicana en Madrid (1932-1935), Subsecretario de la Presidencia (1936), Subsecretario de Relaciones Exteriores (1937), Embajador Extraordinario de Colombia y Ecuador (1940-43 y 1943-47 ), Embajador en México (1947-1949), Secretario de Educación (1949-1955), y Secretario de Estado de Relaciones Exteriores (1955-57). 

Relación entre Joaquín Balaguer y Rafael Leonidas Trujillo

Balaguer fue visto alternativamente tanto como empleado del régimen y como un distinguido colaborador cercano a Trujillo. A pesar de que Trujillo disfrutaba humillando e insultando sus "sirvientes" en público, el dictador nunca trató de degradar a Balaguer.

Balaguer reciprocó ese respeto hacia Trujillo durante los treinta años de dictadura como uno de los colaboradores más eficiente del régimen, sin parecer perturbado ni mostrar el menor gesto de disgusto por los excesos y aberraciones que eran comunes en aquella época. Balaguer fue, sin duda, un ministro útil de Trujillo.

Balaguer fue un fiel y callado servidor de la dictadura, se elevo desde maestro de escuela hasta la Presidencia de la República, era un notable orador, escribía los discursos del Dictador. Fue una de las pocas personas de las que Trujillo escuchó consejos.

En el mes de septiembre de 1937 Trujillo ordenó al ejército dominicano que matara a todos los ciudadanos haitianos y a sus familias que encontraran en el lado dominicano de la frontera que divide a Haití y la República Dominicana . Las instrucciones fueron matarlos a machete, cuchillo o bayoneta para que la prueba de una bala en el cuerpo de una de las víctimas no delatara que fue obra del ejército. Se calcula que más de 26 mil haitianos fueron sacrificados como animales.

Las matanzas comenzaron en los la ciudades del norte de la frontera. Los soldados entraban a las casas donde vivían haitianos, los cruzaban con bayonetas o los cortaban como cañas con sus machetes, la orden era no dejar vivos ni a los recién nacidos. Se dio orden a la prensa de que no publicara absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo, pero las denuncias de las matanzas llegaron hasta el embajador de Haití en República Dominicana, Evremont Carrié, quien pidió una audiencia a Trujillo y le comunicó lo que estaba ocurriendo con sus connacionales. Trujillo le dijo que debía tratarse de enfrentamientos entre campesinos dominicanos y haitianos y que ordenaría de inmediato la intervención del ejército para detenerlas.

El entonces ministro de relaciones exteriores de Trujillo, Joaquín Balaguer hizo creer a la comunidad internacional que todo había sido un mal entendido y que Trujillo como hombre “bondadoso” pagaría una indemnización de 750 mil dólares al gobierno haitiano. 

Cuando Trujillo dispuso que su hermano Héctor Bienvenido fuera reelegido a la presidencia en 1957, optó por Balaguer como vice-presidente. Tres años más tarde, en 1960, cuando la Organización de los Estados Americanos (OEA) convenció al dictador de que no era apropiado tener a un miembro de su familia como presidente, Trujillo obligó a su hermano a renunciar, y Balaguer le sucedió en el cargo

Luego del ajusticiamiento del tirano en 1961 y a pesar de haber sido durante mucho tiempo su colaborador más cercano, Balaguer tomó medidas para liberar al país del régimen con la concesión de algunas libertades civiles y suavizando la estricta censura a que Trujillo tenía sometida la prensa. La OEA se mostró satisfecha y levantó las sanciones económicas impuestas a la República Dominicana, debido al intento de asesinato que Trujillo tramó en contra del presidente venezolano Rómulo Betancourt. Sin embargo, las reformas provisionales de Balaguer fueron rechazadas por gran parte de la sociedad, ya que era presionado por la derecha, por los militares, por la izquierda, por la oposición, era abucheado en las calles por la ciudadanía y llamado entre otras cosas “muñequito de papel”.

Debido a la presión ejercida por la Unión Cívica Nacional, Se creó el Consejo de Estado después de la muerte de Trujillo. Balaguer sólo retuvo el liderazgo de dicho Consejo hasta 16 de enero de 1962. Un golpe de Estado militar, dirigido por el jefe de la fuerza aérea Pedro Rodríguez Echavarría, lo obligó a asilarse en la Nunciatura, y luego salió al exilio a Nueva York y Puerto Rico.

Luego de los aciagos días de la revolución de abril de 1965, Balaguer encontró una nación severamente golpeada por décadas de turbulencia, con tiempos cortos de paz y prácticamente ignorantes de la democracia y los derechos humanos. Inició su campaña a la presidencia con mensajes propagandísticos a la mujer dominicana y al campesino, tratando de atar a su proyecto político personal las fracciones más conservadoras de estos sectores sociales.

El gobierno provisional, encabezado por el abogado Dr. Héctor García Godoy, anunció elecciones generales para 1966. Balaguer aprovechó la oportunidad, y con la enfermedad de su madre como excusa, le pidió permiso para regresar del exilio y se le permitió un salvoconducto por 72 horas, pero jamás volvió a salir del país. Formó el Partido Reformista y se centró en una lucha política contra Bosch, en la campaña utilizó la táctica presentándose como un candidato moderado y conservador

Juan Bosch participa en las elecciones de 1966, pero resulta vencido ante el Partido Reformista, encabezado por Joaquín Balaguer, a causa mayormente de una campaña sucia efectuada por este último en contra de Juan Bosch. En la misma, Bosch fue amenazado de muerte si salía a hacer campaña. Además, los Estados Unidos apoyaban claramente al sangriento régimen balaguerista, cumpliendo así con lo dicho por el presidente John F. Kennedy, de que “prefería un régimen sangriento de categoría trujillista, a otro régimen comunista en el hemisferio”.

Resultados de estas elecciones de 1966: partidos y votos obtenidos:

• Reformista (759,887)

• Revolucionario Dominicano (494,570)

• Revolucionario Social Cristiano (11,147)

• Unión Cívica Nacional 16,152)

• Vanguardia revolucionaria D.(13,855)

• Acción Revolucionaria 5,489)

• Agrupación Política 14 de Junio (4,834)

• Demócrata Cristiano (9,376)

• Liberal Evolucionista (6,549)

• Nacionalista Revolucionario Dominicano (4,039)

En la dirección personalista del Estado, Balaguer asumió como objetivo de su gobierno el obtener la disciplina laboral y política. Al ascender a la presidencia, impuso un programa de austeridad salarial y reprimió violentamente a la clase obrera organizada y a la oposición política. “Estabilidad, orden y progreso”, eran los emblemas del proyecto balaguerista. Y así como Trujillo se había propuesto en los años 30 reorganizar el país después de un siglo de luchas caudillistas e inestabilidad política, Balaguer hizo otro tanto después del corto pero intenso período de inestabilidad política que caracterizó los años inmediatamente posteriores a la caída de Trujillo. En su ambigüedad con respecto a la demarcación entre la ley y la violencia, Balaguer retomó una vieja tradición de la política dominicana y latinoamericana.

El planteamiento de que en una política de voluntades omnipotentes (caudillos) la ley tiene un lugar y espacio restringido, no importa cuánto se la alabe como el mecanismo más efectivo de gobierno en la nación moderna. A partir de 1966 Balaguer fue resignificando y sintetizando los temas de ordenamiento, pacificación y progreso social que se habían trastocado al caer la dictadura de Trujillo. Para Balaguer, la democracia era un objetivo que pertenecía quizás al futuro lejano pero no al presente. Su visión sobre el tema la había plasmado en su ensayo «El principio de alternabilidad en la historia dominicana» de 1952 al decir:

“La Democracia, aun en los países latinoamericanos que se precian neciamente de poseer un buen régimen de gobierno, no es más que una palabra vacía que se traslada con frecuencia al papel, pero que no existe en hecho porque no puede haber justicia ni libertad en pueblos donde los hombres viven todavía como en plena edad media”.

Características de este gobierno

Balaguer procedió a fortalecer el aparato económico nacional. Su política económica se basó en el fomento del sector agrario, incentivo de la producción industrial y estímulo a la inversión extranjera. 

Su modelo se basó en la construcción de infraestructura vial y de grandes obras y planes habitacionales. Fomentó el parasitismo político. El modelo fue aprovechado con los precios relativamente bajos del petróleo, pero altos para el café, azúcar, cacao.

El incentivo industrial fue uno de los propósitos fundamentales de los gobiernos de Balaguer. Mediante la ley sobre Incentivo y Promoción Industrial se exoneró del pago de impuesto a las maquinarias y a las materias primas para las nuevas industrias. En poco tiempo, cientos de nuevas industrias se instalaron. El gasto público estuvo dirigido fundamentalmente a las obras de infraestructura, además, numerosos consorcios y empresas principalmente norteamericanas recibieron concesiones ventajosas y estímulos para invertir en el país. A partir de la década de 1970 la economía dominicana sufre un cambio hacia una economía de servicios, pasando de esta forma la agricultura y la ganadería a un segundo plano.

Al llegar al poder el Doctor Joaquín Balaguer se dispuso organizar la economía del país, para esto recibió prestamos a bajos intereses del gobierno de Estados Unidos. Se fomento la inversión extranjera a través del crédito y la supresión de los impuestos. El régimen de los doce años dio paso a las multinacionales, instalándose de esta forma multinacionales tales como: Gulf & Western, Falcombridge, Rosario Resouce, Phillips Morris, Shell Petroleum, Codetel y algunos Bancos Internacionales.

Otro aspecto económico de gran importancia fue el surgimiento del sector Zonas Francas, la primera se instaló en la Romana en 1970, a partir de esta actividad económica se fue generando empleomanía hacia las diferentes provincias creando así un movimiento económico que activó la vida provincial. Con la reforma de las leyes agrarias trato de eliminar el latifundio y elevar la productividad del campo, asentó campesinos a través del Instituto Agrario Dominicano y concedió préstamos. Sin embargo fue la Industria Azucarera la que más aporte dio a la economía de la nación

REPRESIÓN DE LOS 12 AÑOS

La Banda Colorá, fue creada, según las denuncias de ese entonces, por el mayor general, Enrique Pérez y Pérez, cuando era jefe de la Policía Nacional y dirigida por el ingeniero Ramón Pérez Martínez alias “Macorís”. Estas bandas tuvieron su apogeo durante los fatídicos 12 años de Joaquín Balaguer cuando las personas que no comulgaban con el Partido Reformista eran perseguidas, apresadas y acusadas injustamente de "comunistas" y "quema gomas".

La "banda colorá", se caracterizó por cometer horrendos asesinatos, propinar palizas y golpizas a humildes obreros, comerciantes, amas de casa, carboneros, dulceros, heladeros, campesinos, limpiabotas, profesionales de diferentes áreas del saber, incluso contra algunos policías y guardias que tenían familias vinculadas al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y organizaciones de izquierda.

Entre las víctimas que podemos destacar durante el periodo de los 12 años están:

Guillermo Peláez, Miguel Reyes Santini, Vinicio Antonio Franco, Orlando Mazara, Vidal Peguero, Luis de Peña, Héctor Santiago, Rafael Mota, Amin Abel Hasbún, Maximiliano Gómez, Homero Hernández, Sagrario Díaz, Otto Morales, Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Bienvenido Leal Prandy, Ulises Cerón, Gregorio García Castro, Francisco A. Caamaño Deño y sus compañeros de Playa Caracoles, Orlando Martínez, Héctor García, Mama Tingo y muchos otros más.

La corrupción pública fue otro de los fenómenos que caracterizó el gobierno de los 12 años. Para Balaguer, la corrupción en países pobres como la República Dominicana era un mal inevitable. Además de permitirla y justificarla, la corrupción fue uno de esos fenómenos que le permitió a Balaguer enaltecer su propia personalidad política: la corrupción era el mal de los demás, no el suyo propio.

Es también interesante hacer referencia al estatus dual que tenía la ley en el proyecto balaguerista. Similar a Trujillo, Balaguer proclamó la ley y el respeto a ella como mecanismo fundamental de convivencia política. En la práctica, sin embargo, la voluntad cesárea del Presidente se anteponía o sobreponía al estatuto legal. Esto se evidencia en las propias contradicciones discursivas de Balaguer, que unas veces alababa la Constitución como mecanismo regulador de la convivencia política y otras veces la definía como un simple pedazo de papel.

A finales de enero de 1973, un grupo de nueve revolucionarios dominicanos zarparon desde la isla caribeña de Guadalupe en un yate a vela llamado el Black Jack. Este grupo estaba liderado por el coronel Francisco A. Caamaño Deñó, quien fue la figura más destacada de la revolución que tuvo lugar en Santo Domingo en abril del año 1965.

Estos revolucionarios habían todos, en los años previos, recibido entrenamiento militar en Cuba con el fin de organizar una expedición guerrillera que tenía como objetivo derrocar el régimen del entonces presidente Joaquín Balaguer. Este presidía un gobierno en el que las atrocidades que se cometían contra el pueblo eran incontables y venía reinando desde finales del mismo 1965, con un estilo denominado neo-trujillista que se diferenciaba solo en pocos aspectos de la tiranía del sátrapa ajusticiado en 1961.

El modelo Balaguerista era el mismo trujillismo aplicado con algunas variantes., Por ejemplo, Balaguer nunca propuso un Presidente títere, él encabezaba sus propios gobiernos. Joaquín Balaguer también doraba un poco los procesos eleccionarios ya que aunque fuera en forma limitada, permitía la participación a sus opositores, quienes intimidados, quedaban en desventajas con el uso abrumador de los recursos del Estado por el candidato oficial y Presidente de la República.

En 1988 aparecen sus Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo, libro singular en donde enjuicia aquel período, así como a sus personajes más connotados y su propia labor en aquel interregno.

De este libro cabe resaltar la página en blanco dejada por Joaquín Balaguer donde se conocerían los detalles sobre el asesinato del periodista Orlando Martínez Howley, ocurrido el 17 de marzo de 1975, durante su régimen de los 12 Años.

“Esta página se inserta en blanco. Durante muchos años permanecerá muda, pero un día hablará, para que su voz sea recogida por la historia. Callada, como una tumba, cuyo secreto a voces se levantará, acusador, cuando el tiempo permita levantar la losa bajo la cual permanece yacente la verdad”, estableció Balaguer en sus memorias.

Joaquín Balaguer murió de insuficiencia cardíaca en Santo Domingo el 14 de julio de 2002 a la edad de 95 años.

Su legado en República Dominicana es contradictorio. Mantuvo una relativa estabilidad política y económica en el país por muchos años, centralizó todas las decisiones gubernamentales y lanzó programas masivos de construcción de carreteras, puentes, hidroeléctricas y monumentos, con la intención clara de que su impronta personal quedara marcada en piedra. Fue una figura polarizante que podría incitar tanto al odio como al amor de la población. Era tradicional en Balaguer facilitarles viviendas a los más pobres por medio del gobierno donde éstos pagaban un módico precio mensual por las mismas. También tenía la costumbre junto a su hermana Emma de regalar juguetes a los niños pobres los Día de Reyes.

Ronald Reagan una vez dijo de él: "El presidente Balaguer ha sido una fuerza impulsora en todo el desarrollo democrático de su país. En 1966 llevó el retorno de la democracia a la República Dominicana después de años de incertidumbre política y agitación. En efecto, él es, en muchos sentidos, el padre de la democracia dominicana" y Jimmy Carter, lo felicitó diciendo "El presidente Balaguer ha sido un ejemplo para todos los líderes en esta nación y su gente, que lejos de un gobierno totalitario lleva al país cada vez más la democracia". Estos dos, por supuesto, desconocían la reputación de déspota sanguinario de Balaguer. George Bush le preguntó: "tiene usted que ser tan represivo en sus métodos de lucha contra la oposición?" A lo que Balaguer respondió: "yo no le digo como gobernar su país, no me diga cómo gobernar el mio."

Texto: "Diccionario Enciclopédico Dominicano", Volumen I.

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